Santa Margarita

GUATIZA LA DE SANTA MARGARITA: La leyenda

El actual enclave de asentamiento que ocupa hoy el pueblo de Guatiza, nada tiene que ver con el de sus inicios ya que este se encontraba situado en el lugar conocido por Buena Vista a las faldas de la montaña de Guenia en un mamelón achatado que cae sobre la Vega.

Cuenta la leyenda que la base de iniciación del pueblo fue la ermita de Santa Margarita construida por una mujer venida de la parte de Uga que tras haber hecho una promesa colocó la imagen de Santa Margarita sobre un camello, decidiendo de antemano y como pago a su promesa, que allí donde el camello dejase de caminar y se echase, en ese mismo lugar levantaría una ermita en honor a su devota Santa Margarita.

Así lo hizo aquella vieja de Uga, al tuchirse el camello ya cansado y agotado, allí en la falda de la montaña de Guenia, en lo alta de buena vista, allí desde donde se divisaba la costa y todo el valle hasta donde la vista se perdía hizo aquella vieja de Uga, cumpliendo su promesa, una ermita y en su interior colocó a su devota, a quien rendía promesa, Santa Margarita.

A los alrededores de aquella ermita, poco a poca, fue naciendo el Pueblo de Guatiza y como prueba arrebatadora de aquella historia, aún hoy pueden encontrarse las sedimentaciones de aquellas primeras casas embriones del pueblo de Guatiza aunque lo que más perdura son los restos de algibes y en los que podemos encontrar entre otras características de su construcción una gran influencia del arte Escorzano utilizando como base de construcción de los techos, el arco.

Vivían aquellos primeros pobladores de Guatiza en pequeñas casas hechas a base de barro y piedra y que con el paso de los años fueran mejorando hasta el punto de conseguir una construcción bastante heterogénea y donde a base de caí las blanqueaban.

Al comenzar aquellos primeros habitantes de Guatiza la mejora de sus viviendas con el blanqueado exterior de las mismas no sabían el peligro que les aguardaba pues entonces su caserío fue visible desde el océano, llamando la atención de los bereberes, que por ese entonces vivían dedicados a la rapiña por todo el litoral Lanzaroteño debiendo hacer referencia a las invasiones de Calafat en 1569 y de Amurat de 1386, que abarcan un período de diecisiete años y en los cuales los ataques e incursiones bereberes eran frecuentes.

Los Moratos o bereberes hacían sus incursiones arribando por «Puerto Moro», de ahí su nombre, o por la también llamada Playa de la Tía Vicenta, desde donde se desplazaban a través de la oscuridad e incurrían por sorpresa en el pueblo donde robaban cabras, gallinas, cosechas, alguna que otra moza y destrozando todo cuanto a su paso encontraban, dejando a su pasa sólo el caos la muerte y la desolación.

Aquellos primeros pobladores de Guatiza, aquellos hombres de cabezas rasuradas y abundante barba, aquellos hombres pacíficos a los que gustaba de comer carne seca con tortas de harina de cebada, hartos de sufrir tanto asalto y desesperación, es cuando deciden bajar de aquel mamelote donde estaban asentados e ir al valle que a sus pies se encontraba y comenzar de nuevo todo lo que hasta ahora habían hecho, abandonar todo cuanto tenían para comenzar una nueva vida donde no les tratase tan mal sobre todo donde pudieran sentirse al resguardo de la vista de aquellos Moratos que tanto daños les estaban haciendo.

Data pues Guatiza, la de Santa Margarita, del Siglo XVI, y es pues en los primeros años de 1600 cuando nace Guatiza como pueblo a la protección de Santa Margarita venida de la mano de aquella vieja de Uqa pero su vida será corta pues apenas un siglo más tarde ya estaba abandonada y todos sus habitantes vivían ahora en el valle empezando una nueva vida que les deparara más suerte y donde pudieran sentirse ocultos de los peligros que a través del océano pudieran acechar.

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