Las casas

Varias características sobresalen en las construcciones tradicionales de Lanzarote: el color blanco de sus casas, el verde de sus puertas y ventanas (en menor medida el azul), las chimeneas y los hornos semicirculares.

Las casas

El contraste del paisaje volcánico, predominando los negros y rojos, provoca sobre las casas un efecto especial. Tradicionalmente la casa de Lanzarote tenía un patio de luz interior, en donde se situaba la pila que mantenía fresca el agua y que servía también para mantener frecos el queso, la leche, la mantequilla, etc. Sus paredes eran gruesas, lo que le permitía mantener la temperatura estable, cálida en invierno y fresca en verano.

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Para levantar los muros se utilizaba la roca volcánica. Las gruesas paredes se realizaban intercalando piedras entre sí y barro que, una vez seco, añadía consistencia a la construcción. La paredes exteriores se cubrían con cal.

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Los techos a menudo se construían con un largo palo que recorría de un lado a otro la habitación, a continuación se atravesaban palos más pequeños y cañas en sentido transversal, luego se hacía una pasta con barro y cañas que sellaba el techo. Finalmente se cubrían con una capa de tierra y cal.

Hoy, las instituciones se han volcado en prevervar esta arquitectura, siendo un excelente motor de esta iniciativa el genial César Manrique, artista internacional de conocido prestigio, que hizo de Lanzarote su forma de vida. Si bien la construcción tradicional goza de una excelente salud, es cierto tambien que debido a la especulación, se empiezan a notar síntomas preocupantes en algunas edificaciones más recientes.

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Varias características sobresalen en las construcciones tradicionales de Lanzarote: el color blanco de sus casas, el verde de sus puertas y ventanas (en menor medida el azul), las chimeneas y los hornos semicirculares.

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